Sin lugar a dudas, una de las sociedades secretas que más curiosidad despierta por la complejidad de sus ritos y lo alto de sus propósitos es la masonería. Nacida hace tantos siglos desde tiempos de la construcción del templo del legendario Rey Salomón, la masonería ha logrado aglutinar en su seno a algunas de las mentes más privilegiadas de todos los tiempos. Muchos hombres y mujeres que admiramos fueron masones, independientemente de que hubiera hasta reyes tan estrechos de mente como el español Fernando VII que se dedicara a odiar a la masonería.

Entre los más grandes masones de todos los tiempos figuran grandes hombres del arte y del espectáculo. Compositores como el inglés Henry Purcell, Wolfgang Amadeus Mozart, el finlandés Juan Sibelius, Franz Josef “Papá” Haydn, los alemanes Juan Christian Bach, Irving Berlin, John Philip Sousa (el Rey de las Marchas) y Ludwig Van Beethoven así como jazzistas del calibre de Louis Armstrong y Duke Ellington se encuentran entre las filas de los masones.

Federico II de Prusia, quien además de gran compositor y flautista fue un ejemplar soberano, también era masón, a como también lo fueron los reyes Guillermo I de Prusia, Federico VII de Dinamarca, Eduardo VII, Eduardo VIII, Jorge VI (los tres de Inglaterra) y Leopoldo de Saxe Coburgo monarca de los belgas, además del soberano sueco Gustavo V y su padre el rey Oscar II. Napoleón Bonaparte no solo sentía pasión por la masonería, sino que se hizo rodear de célebres masones, como su sobrino Jerome, el mariscal Michel Ney o su comisionado de policía José Fouché, Duque de Otranto. El hombre destinado a derrotar a Napoleón en Waterloo era masón, el Duque de Wellington. Uno de los más grandes estadistas del mundo, Sir Winston Churchill, también era masón.

Un buen número de presidentes de los Estados Unidos de América han sido masones, desde George Washington hasta Gerald Ford, sin olvidar a James Buchanan, James Garfield, Ulysses S. Grant, Andrew Jackson, Warren G. Harding, Andrew Johnson, William Howard Taft, James Knox Polk, William McKinley, Theodore Roosevelt, Franklin Delano Roosevelt, James Monroe y Harry Truman, además del gran genio y estadista Benjamín Franklin.

J. Edgard Hoover, fundador del FBI era masón, así a como también lo fueron héroes como David Crockett de la Batalla del Alamo, Sam Houston de Texas, el comandante naval John Paul Jones, Francis Scott Key (autor de la letra del himno nacional de los Estados Unidos), Joseph Brant de los Indios Mohawks, el General Douglas MacArthur, Audie Murphy (el soldado más condecorado de la II Guerra Mundial), John Joseph Pershing, y el legendario Paul Revere.

Valientes exploradores como el almirante Richard E. Byrd (quien sobrevoló el Polo Norte), William Clark y Merriwether Lewis quienes expandieron la frontera Estadounidenses hacia el Pacífico), los astronautas John Glenn y Neil Armstrong, Charles Lindbergh, Zebulon Pike (por él se llama Pike´s Peak así en EEUU) y Robert E. Peary (el primer hombre en llegar al Polo Norte) fueron también masones.

Algunos de los innovadores e inventores más geniales de todos los tiempos han sido masones también: los hermanos Wilbur y Orville Wright (padres de la aviación), Adolfo Sax (padre del saxofón), George Pullman (quien construyó el primer vagón-cama de los trenes), Jacques Etienne Montgolfier (del globo aerostático), Franz Anton Mesmer (padre del hipnotismo), Sir Thomas Lipton (Compañía de Té Lipton), el Dr. Edward Jenner (padre de la vacuna contra la Viruela), el Dr. Jose Ignacio Guillotin (padre de la guillotina), King Camp Gillete (inventor d la hoja de afeitar), Richard J. Gatlin (autor del rifle que lleva su nombre), André Citroen (de la marca de autos que lleva su nombre), Henry Ford (padre de las cadenas de producción), Samuel Colt (fabricante de armas), Eberhard Faber (padre del bolígrafo y de la Compañía Eberhard Faber Pencil), Sir Alexander Fleming (descubridor de la penicilina), Robert Fulton (padre del primer submarino y el buque de guerra a vapor) y Walter P. Chrysler (de los autos que llevan su nombre).

La masonería ha aglutinado en su seno a las más diversas personalidades, y entre ellos, además, podemos mencionar al gran playboy Giovanni Jacopo Casanova, al diseñador de la estatua de la Libertad Federic Bartholdi, al showman Buffalo Bill, al cantante Nat King Cole, al gran cineasta Cecil B. de Mille, al púgil Jack Dempsey, al galán hollywoodense Clark Gable, al comediante Harold LLoyd, al escapista y mago Harry Houdini, al Aga Khan III, al Marqués de LaFayette que apoyó a los independentistas gringos, los patriotas Abd El Kader y José Garibaldi (quien unificó a Italia), el escocés John Dunlop (veterinario y padre del neumático), Claudio Antonio Lumiére (papá del cine), los hermanos Ringling del espectáculo circense, Félix Salten (creador del venadito Bambi), el arqueólogo alemán Enrique Schliemann descubridor de Troya, y el eterno vaquero Roy Rogers, sin olvidar al inigualable John Wayne.

Autores como William Shakespeare, Sir Arthur Conan Doyle (creador de Sherlock Holmes), Sir Walter Scott, Jonathan Swift, Sir Rudyard Kipling (quien fue galardonado con un Premio Nóbel de Literatura), Alex Haley (autor de Raíces), el dramaturgo germano Juan Wolfgang Goethe, el francés Voltaire, el novelista galo Tendhal, Pierre Choderlos de Laclosc(autor de Relaciones Peligrosas que hace poco llevaron al cine con Glenn Close) y el poeta escocés Robert Burns también pertenecieron a logias masónicas.

En Nicaragua, es indudable que el masón más célebre es el “General de Hombres Libres” Augusto Calderón Sandino, asesinado en 1934 por órdenes de Anastasio Somoza García quien quería hacerse masón para poder tener acceso al presidente estadounidense masón Franklin Delano Roosevelt.

En Panamá, la lista de masones célebres incluye hombres de la talla de Guillermo Andreve, José Oller, Carlos A. Mendoza y Manuel Espinosa.